El Marketing MIX PONDER. «Para saber improvisar hay que ensayar mucho»​

El equilibrio está presente en todo lo que proyectamos. Si no fuera así, todo se iría por el suelo de forma desordenada, mezclando piezas de difícil encaje, a la hora de guardarlas todas en la misma caja. Por eso, las personas necesitamos algo de lógica hasta en lo más ocurrente; Si dicha lógica no es evidente, ya nos encargamos de fabricarla con el objetivo de aportar una visión tangencial a aquello que no nos impacta directamente.

El usuario o consumidor recibe de forma enigmáticamente placentera un continuo y reiterado bombardeo mediático que hace que ya no nos sorprendamos con nada y ante nada. Por ello, los productores y distribuidores se encuentran enfrascados en un laberinto de espejos en los que solo son capaces de ver su propio reflejo.

Si partiéramos desde el principio, nos daríamos cuenta de que existe una técnica para que los productos/servicios ofertados posean una composición cuya métrica marque su posterior comportamiento en los mercados. La suma de sus componentes dará como resultado la unidad y en modo alguno se podrá ni se deberá variar, ya que en ese hipotético caso estaríamos alimentando el desequilibrio, quedando como unos verdaderos patosos, cediendo así el paso a otros que poseen un caminar algo más lustroso.

Esta técnica descriptiva se denomina «Mix Ponder» y replica las 4 famosas P’s del Marketing Mix para definir el perfil de cada solución ofertada; y además, lo hace en diferentes dimensiones, aunque en este texto solamente revisaremos la dimensión más sencilla.

Un producto o servicio… (lo llamaremos utilidad) posee un «ADN» compuesto por 4 elementos que lo definen y garantizan su evolución y crecimiento.

El primer elemento se basa en su complejidad material y percibida. Ya sabe, eso de lo tangible + lo intangible, su complejidad estructural, su inversión tecnológica e innovadora, etc… Si nuestra utilidad posee una tasa elevada, pues elevemos su tasa!! Por ejemplo, si piensa usted en un reloj de la marca «Ulysse Nardin», no creo que dude de su mecanismo interior ni de su precisión… Ya sabe… «maestros relojeros«. En este caso, su tasa de perfección le aportará un comportamiento indiscutible, el cual valoraremos anticipadamente con un 70% del total de la unidad (100). Se lo merece!!!

El segundo elemento se refiere (ya lo va intuyendo…) al factor Precio. Hay relojes más caros, pero esta marca no se encuentra al alcance de todos los bolsillos aunque no tengan un agujero. Como ya imagina, a gran producto, mayor precio… y yo le completo la frase con «mayor precio, menor esfuerzo o tensión en su fijación«. Por ello, la asignación de este elemento no será superior al 10% del total de la unidad del 100%.

Ya ve… ya hemos «consumido» un 80% y no hemos salido de casa!! Ayy! Ay!! Ayyyy! Que solo nos queda un 20% para repartir entre la Distribución y la Promoción!!! Bien… no se arrugue como una pasa y sea consecuente con su propuesta… Anímese!!

El tercer elemento es aquel que hace referencia a que los usuarios puedan disponer del producto final. En este caso, le adicionaremos un 10%, lo que significa que la distribución es limitada, quizás en base a concesiones muy determinadas. Ufff!! Ya solo nos queda ese otro 10% que asignaremos a la Promoción. Poca cosa… pero será suficiente… Dicha promoción también será específica y muy basada en la élite alejada de la masa…

Sin darnos cuenta hemos «equilibrado» esta utilidad… En realidad este reloj es algo más que un instrumento para saber en qué hora vivimos, cosa que se debe hacer antes de salir a pasear por los mercados.

Se imagina usted un producto como este a un precio económico? Le asignaríamos aproximadamente un 50% al segundo elemento (Precio) y no nos quedaría nada para el resto!! Bueno… Se imagina usted que este producto se encontrase en los lineales de la gran distribución? Pues nadie quería pagar ese precio tan elevado!!! porque no dispondríamos de recursos para adecuar la promoción suficiente como para hacer creíble dicha «oportunidad«.

Como ve, la vida de un producto no es fácil… Entiende ahora porqué KENZO ha confeccionado series limitadas en el precio y en tiempo en H&M? Entiende ahora el éxito de Nespresso? Entiende ahora el éxito de ventas de los yogures blancos? o de la Coca-Cola? o de algunos vinos «caros» o incluso del Sandevid a 1,00€?

Bueno… en el marketing, hasta las casualidades deben estar proyectadas! Ya sabe… «Para saber improvisar hay que ensayar mucho«.

Autor: Elías Azulay Tapiero

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