EL ARTE DE REPARAR PIEZAS ROTAS

“Solo en la medida en que nos exponemos a la aniquilación una y otra vez podemos hallar en nosotros aquello que es indestructible” (Pema Chödron)

Hace unos días vi en una cuenta de Instagram algo que me llamó mucho la atención y me puse a buscar más información sobre el tema. Kintsugi, el arte de reparar con laca de oro o plata objetos de cerámica rotos. Es una técnica japonesa que data del siglo XV, y además de que el resultado es precioso, me gustó mucho la filosofía que hay detrás de este arte.

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En Japón utilizan esta técnica para reparar objetos dañados, y lo especial de esta manera de hacer las cosas es que no intentan restaurar para disimular el daño, sino que utilizan una laca muy resistente mezclada con polvo de oro para unir las piezas. Para los japoneses un objeto reparado tiene una historia especial, y lo que hacen es recuperar la belleza de la pieza destacando el daño sufrido y reparado. Precisamente los puntos de ruptura de la pieza pasan a convertirse en los más fuertes por los materiales y la técnica empleada, y así, algo que  en otra cultura consideramos imperfecto, por el daño, en Japón recupera su esplendor y un valor especial, que se honra con esas cicatrices que resaltan en oro y que hablan de una belleza que nace de la recuperación y la fortaleza.

El objeto dañado no ha sido restaurado para que no se noten las grietas. Ha sido fortalecido y se han destacado con oro las huellas de algo que pudo destruirlo y que sin embargo lo fortaleció y lo hizo más bello. Algo que lo convirtió en un objeto único y especial.

Y esto me gusta especialmente porque en nuestra cultura parece que los daños y las imperfecciones son algo de lo que hay que avergonzarse. Algo indigno que hay que esconder, disimular o matizar. Y no valoramos varias cosas:

En primer lugar el hecho de que las cosas suceden por mucho que nos empeñemos en maquillarlas, evitarlas o negarlas.

En segundo lugar que de todas esas cosas que producen dolor siempre puede surgir algo bueno y además el hecho de haberse recuperado  de un daño genera fortalezas que antes no existían y que se quedan con nosotros para siempre.

En tercer lugar, que de todo se aprende y de casi nada se muere. Es decir, que las experiencias negativas nos han enseñado algo que se queda con nosotros . Algo que nos hace mejores, diferentes, especiales. Las cicatrices hablan de tu historia .

Todo esto nos está hablando de Resilencia: La capacidad para sobreponerse ante las adversidades y salir fortalecido.

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Honra tus cicatrices, lúcelas orgulloso, recuerda lo que te han enseñado y cuando veas ese oro que las cubre estate seguro de que te hacen único, más sabio y menos vulnerable.

Este arte japonés me trae a la memoria las palabras de un escritor también japonés, Haruki Murakami:

“Y una vez que la tormenta termine no recordarás como lo lograste, como sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa si es segura. Cuando salgas de esta tormenta, no serás la misma persona que entró en ella. De eso se trata esta tormenta.”  

Autora:  MAITE MANGAS

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