La limpieza energética es un proceso profundo de liberación vibracional. Muchas veces lo que bloquea a una persona no surge de la mente ni de la emoción, sino de lo que se ha incrustado en su campo energético: cargas ajenas, residuos psíquicos, memorias densas o influencia astral. Cuando esto ocurre, la persona empieza a sentirse agotada, descentrada o desconectada de sí misma sin comprender el origen.
Mi trabajo consiste en restaurar el orden del campo energético desde la raíz. No utilizo hierbas ni elementos externos, sino energía directa y clarividencia real. Localizo dónde la vibración se ha densificado, la desplazo y la disuelvo. Este proceso no es intuitivo ni simbólico en el sentido superficial: es un trabajo de intervención consciente sobre el sistema energético de la persona, donde la información se percibe y se corrige en tiempo real.
Para sellar la limpieza y garantizar su eficacia, empleo símbolos milenarios de tradición hermética, cuya función no es decorativa sino operativa. Estos símbolos actúan como llaves energéticas que reordenan, blindan y consolidan el campo una vez liberado. Cuando es necesario, integro también el Círculo de Fuego Azul, un ritual de protección y cierre vibracional avanzado que evita que la persona vuelva a absorber aquello que ha sido expulsado.
La limpieza se realiza exclusivamente de forma presencial, porque es un trabajo de campo directo que requiere mi presencia energética y mi intervención manual sobre el sistema del consultante. Este enfoque permite una acción mucho más intensa y estable en el tiempo, ya que no solo libera: reestructura, protege y fortalece.