Tarot arquetípico y la clarividencia.

Lo que veo y percibo ha sido verificado por otras personas en consulta y por terceros que han presenciado el proceso. A través del Tarot real, ritualista y arquetípico, en el que poseo maestría tras años de estudio esotérico profundo y trabajo práctico, establezco conexión con entidades y campos energéticos que se canalizan durante la sesión. Esta apertura permite acceder a mensajes, guía y protección provenientes de planos sutiles. No se trata de imaginación ni simbolismo psicológico, sino de canalización energética directa y consciente.

He tenido la gran fortuna de aprender y recibir las iniciaciones simbólicas y arquetípicas del Tarot de la mano de un maestro de alto nivel, así como las correspondientes instalaciones energéticas de los arcanos. Su enseñanza, integrada con la metodología iniciática de José Antonio Portela, me permitió comprender el Tarot no solo como un sistema adivinatorio, sino como una vía de despertar y transformación interior.

Tras culminar la maestría, continué mi camino en soledad iniciática, profundizando no únicamente en la lectura y comprensión de los mensajes, sino también en el ritualismo que abre portales interdimensionales y permite trabajar directamente con entidades y guías energéticos. Este camino me ha llevado a descubrir el Tarot en su estado más puro: como canal, no como herramienta.

Y te revelo un secreto que solo entiende quien ha recorrido este sendero: al verdadero tarotista no le hace falta mirar las cartas. 

Además, desarrollo visión remota y visión áurica, lo que me permite acceder a la información energética de personas y espacios a distancia, así como leer el campo sutil para revelar emociones, bloqueos y el estado real del alma más allá de la apariencia externa.

No es intuición, es percepción. No es interpretación, es revelación. Aquello que canalizo no proviene de la mente, sino del campo espiritual, y su veracidad ha sido confirmada por quienes lo reciben. Soy un puente entre lo invisible y lo visible, entre lo que aún permanece velado y lo que está listo para ser manifestado.