Liderar con el ejemplo!

“Predicar con el ejemplo” es una de las frases más manidas y, al mismo tiempo, más profundas y potentes que conozco. Y no sólo en el ámbito profesional, si no en cualquier tipo de relación humana.

La muy conocida Brené Brown, en su conferencia de “Anatomía de la confianza” (Anatomy of trust) nos indica algo muy fundamental en el proceso de confiar en alguien: la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos.

En mi experiencia, la mayor parte de veces que oímos o leemos sobre este tema, pensamos rápidamente en ejemplos de otras personas en las cuales hemos observado incoherencias en el comportamiento. Quizás el ejemplo más obvio de esto, sean muchos políticos y sus promesas electorales incumplidas, incoherencia que ha llevado a una profunda falta de confianza en las instituciones. Y cuánto nos molestan oír excusas en las que no se asumen responsabilidades.

Tampoco es el único ejemplo en el que podemos pensar. Cualquier persona o institución en posición de liderazgo va a ser medida en esos mismos términos. ¿Qué pensaríamos si una ONG desvía fondos para sus dirigentes? ¿Qué pensaríamos de una marca que hace muchos anuncios de responsabilidad social corporativa y luego despide a miles de empleados o contamina o malversa fondos?

Sin embargo, la investigación de Brené Brown nos lleva a relaciones individuales entre personas. Amigos, familia, pareja, compañeros de trabajo. De hecho, ¿cuál sería nuestra reacción con una persona que siempre habla de la importancia de la solidaridad y generosidad y que no te prestaría siquiera un libro?

Esas incoherencias son muchas y a veces resultan imperceptibles si no reflexionamos. Desde el que llega tarde y se queja de la impuntualidad de los demás, del que critica el egoísmo o individualismo de la sociedad y no cuidaría de sus padres enfermos o ayudaría a un amigo en apuros, del que critica la falta de valentía en las relaciones y la calidad de las conversaciones en persona y rompe por whatsapp o mail, del que aspira a ser un jefe que hace crecer a sus empleados y les dicta hasta el tamaño de letra de sus emails, del vecino que se queja de incivismo y falta de diálogo y pone carteles anónimos en el ascensor con insultos… ¡en cuántas incoherencias podemos caer!

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Mi objetivo no son los ejemplos en sí mismos, si no la siguiente reflexión: ¿somos capaces de hacer el ejercicio inverso y pensar en el impacto que puede tener en la confianza que depositan en nosotros el hecho de no cumplir nuestra palabra o ser incoherentes con los principios que defendemos? ¿No vemos acaso todos los días injusticias y situaciones desfavorecidas y miramos a otro lado y nos ponemos excusas para mitigar la conciencia?

Evidentemente, nadie es perfecto y nos podemos equivocar. Como también puede haber circunstancias externas que den sentido a una realidad concreta. Pero del mismo modo, creo que el liderar con el ejemplo requiere dos cualidades poco frecuentes y difíciles de adquirir: una, la capacidad de mirarse al espejo y sin ponerse excusas ni proyectar esa carencia en otros, saber que hemos sido incoherentes o no hemos estado a la altura de nuestras propias expectativas; la segunda es la tremenda disciplina y esfuerzo que exige estar a la altura de esas ideas que defendemos. Estos dos elementos, son a mi juicio, la clave para liderar porque implican un conocimiento de sí mismo y del impacto que nuestras acciones tienen en los demás.

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Sí es verdad que es difícil hacer parte de lo que le corresponde a cada uno. No sólo porque no compartimos nunca la misma manera de ver la vida ni los mismos principios, si no porque ese grado de conocimiento de uno mismo y disciplina es muy desigual en las relaciones. Como también es desigual la manera de expresarlo y de dar feedback. Pero suponiendo una cierta armonía en ese aspecto, ¿cómo reaccionamos cuando nos ponen en frente de opiniones y hechos nuestros que no estén en coherencia? ¿Nos justificamos? ¿Echamos balones fuera poniendo culpa en quien nos hace de espejo o no queriendo dar explicaciones? ¿O reflexionamos con humildad y agradecemos el feedback e intentamos entender el porqué de la situación abiertos a escuchar?

En cualquier caso, todas y cada una de esas miles de situaciones no sólo tiene un impacto a nivel de ejemplaridad en la coherencia entre dichos y hechos, si no también en su gestión consecuente. Es esa reflexión y el trabajo constante en una evolución personal que harán de nosotros líderes en nuestros comportamientos en cualquier ámbito de nuestras vidas y lo que nos hará merecedores de la confianza de los demás.

Encantada de conocer vuestras opiniones.

 

Autora: Laura Cajade Zacarías

Fuente: Liderar con el ejemplo

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