El mercado recompensará a aquellos profesionales que aporten valor en los servicios que prestan.

<< ¡Yo tengo experiencia sobrada, 20 años en el sector me avalan! No tengo la necesidad de estar gastando dinero y perdiendo tiempo formándome continuamente, eso es una obligación de mi empresa. Bastantes horas hecho todos los días, para tener que estar yo preocupado en formarme. >>

Transcribo literalmente las palabras que salieron a relucir ayer en una reunión de amigos mientras tomábamos un café. Pero no es la primera vez que escucho algo parecido e imagino que tú también lo habrás oído. Y es que, el poner la palabra “experienciapor bandera, y como escudo protector del futuro laboral de un profesional a día de hoy con los cambios que acontecen, lo veo una irresponsabilidad, o quizá, una percepción distorsionada de la realidad existente en el ámbito profesional.

Conversaciones similares a esta, y pensamientos generalizados como este, fueron los que me animaron a incluir en mi libro un apartado específico sobre la necesidad de formación permanente, dentro del capítulo dedicado al principal activo del concesionario o compraventa de vehículos, las personas. Y tras haberlo repasado esta mañana, he decidido transcribir dicho apartado y trasladarlo a este post. Espero que te guste.

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<< Si te dedicas a ser un calentador de sillas, si no te pones la misma camiseta que los compañeros de tu equipo, replantéate tu futuro, estás en el lugar equivocado >>

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Tan necesario es que se comprendan los cambios que se suceden donde hacemos negocios diariamente por parte de jefes, directivos, gerentes y/o propietarios, como por cada uno de los miembros que componen los equipos de nuestra empresa; sólo de este modo, será posible conseguir una visión global del nuevo paradigma, para posteriormente, poder ver y ser conscientes de las necesidades y carencias que de manera individual se tienen por cada uno de los actores implicados, siendo conscientes de que para poder transformar y adaptar cualquier empresa a la realidad del nuevo mercado, hay que comenzar primero por las personas que la componen.

El mercado recompensará a aquellos que aporten valor a los servicios que prestan, y para ello, es necesario estar continuamente en contacto con el mercado; sólo se puede estar en contacto con un mercado cuando se conoce como funciona, y a día de hoy, el funcionamiento del mercado es totalmente distinto al pasado. Existe la imperiosa necesidad de reciclarse de manera permanente en cada una de las áreas o divisiones donde se presten los servicios.

El aprendizaje constante, te dará como individuo el poder suficiente para saber deliberar en cada momento qué debes aportar al equipo; ya no vale sólo con buscar un beneficio propio, ahora tu trabajo es la búsqueda de contenidos que te permitan avanzar. Si eres vendedor, no vale con ser conformista y esperar a que llegue un cliente a realizar la compra de un vehículo directamente, sabiendo expresamente lo que quiere y sin vacilar en el precio, eso ya casi no sucede, eso es pasado, cuando las ventas se realizaban porque la gente aún no teniendo dinero, quería gastarlo. El cliente que toma contacto con el concesionario o compraventa de vehículos a día de hoy, posiblemente lo que necesita es que le resuelvas primeramente gran cantidad de dudas que la infoxicación en Internet le ha generado; ese cliente es muy posible que tenga más información sobre el vehículo que quiere y que se encuentra en tu exposición que la que tú mismo tengas.

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Tú como individuo también eres consumidor, y como consumidor sabes que los cambios y avances tecnológicos te permiten recopilar gran cantidad de información antes de decidir qué comprar, o a dónde acudir para recibir un servicio determinado. Por ello, es necesario que te familiarices con las nuevas tecnologías, con las acciones y técnicas que éstas te permiten realizar para estar al lado del consumidor, para poder servirle como merece y para evitar que sea infiel a su propio propósito de compra, en definitiva, donde está el cliente y potencial cliente tienes que estar tú también.

Uno debe ser crítico consigo mismo, atendiendo al puesto que ocupa y la función que desempeña dentro de la empresa, ser consciente de la necesidad de un aprendizaje permanente que le permita conseguir una adaptabilidad al nuevo contexto de mercado en el que se encuentra, e ir evolucionando con el mismo. Ya no vale esperar a que sea la propia empresa la que te otorgue el contenido con la formación necesaria para poder adecuarse a la evolución que por ejemplo las propias marcas de vehículos están realizando, sino que es necesaria una implicación propia en la autoformación continua, para así poder validarse uno mismo en su labor diaria, y aportar al resto de profesionales que forman tu equipo, tu contribución para avanzar en conjunto.

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Los avances – no me cansaré de repetir que son trepidantes, son veloces –, son de hoy para mañana, no hablamos de avances para dentro de un año. Por ello, no podemos eliminar o minimizar la formación, ni tampoco renunciar a la información. Para ello, te recomiendo que reflexiones ante lo que dijo el filósofo chino Lao Tse, hace ya casi 2.500 años:

<< En días de permanente cambio como los de hoy, el mañana será para los que sigan aprendiendo. Aquellos que ya aprendieron están preparados para un mundo que ya no existe >>

De otro modo, la figura del profesional aletargado y adormecido es contraproducente para sí mismo y para la empresa; la procrastinación, la desidia en el aprendizaje y la desgana por el conocimiento, son las armas más peligrosas a las que se enfrenta cualquier profesional del siglo XXI. Cuando un profesional queda a expensas de la marea, es un << profesional cloroformado >>, y no hay excusa para que ello suceda. No dejes de invertir en ti mismo, ancla a la cuneta el conformismo y, no vayas a tu puesto de trabajo siendo mediocre. Pregúntate todos los días cómo aportar más valor a lo que haces, no hagas nada tan solo por cumplir, cuando hagas algo, dalo todo. Recuerda que, el que no avanza, retrocede; el que no mejora, empeora.

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Ahora más que nunca, es necesario el trabajo de todos los profesionales que conforman la empresa, ¡hablamos de equipo! No lo olvides. El buen hacer de uno, es obtener una buena reputación para todos, el mal hacer de otro, es perjudicial para todos. Si intentas funcionar solo, tus resultados serán simples, mediocres. Se necesita que todos miremos hacia el frente y se focalice el objetivo que se tiene en común, y el objetivo a día de hoy, es: COMPRENDER, PARA ATENDER Y SERVIR A LOS CLIENTES, comprometiéndose con la calidad y el servicio. Si esto se hace bien, los resultados llegarán solos.

Y tú, ¿Qué opinas al respecto?

Autor: Martín J. Romero. 

ideas Imágenes: www.insightshgd.com

 

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